Los pequeños roedores siempre han sido unas estupendas mascotas, por su simpatía, inteligencia y fácil mantenimiento. En los últimos años se han puesto de moda, aunque aún a mucha distancia de hamsters, cobayas y conejos enanos, tener una o dos ardillas en casa.
La raza más común como animal de compañía es la ardilla de Corea o ardilla listada. En cualquier caso se trata de animalitos aún bastante asilvestrados y asustadizos, por lo que conviene adquirirlos jovencitos para que se acostumbren a permanecer tranquilas sobre la mano de su dueño o asegurarse bien de que son sociables en la tienda antes de adquirirlos. La máxima expresión de confianza por parte de una ardilla es que duerma tranquila sobre su amo.
Es preferible no sacarlas de su jaula, ya que son lo suficientemente ágiles y pequeñas como para hacer su captura casi imposible. Además, no dudarán en morder para defenderse si las agarramos mal. Por tanto, conviene adquirir una jaula lo suficientemente amplia y decorarla con todo tipo de entretenimientos: troncos, plataformas, casitas...
A grandes rasgos, si se desea domesticarla y tenerla como un dócil animal de compañía, es preferible tener un único ejemplar, que dado su carácter social, buscará más el contacto con sus dueños. En cambio, si no se le va a poder dedicar mucho tiempo y se desea disfrutar observándolas más que acariciándolas, es aconsejable hacerse con más de un ejemplar y disfrutaremos viendo sus juegos y carantoñas.
Más información en www.drardilla.com
¿Cómo elegir a nuestro cachorrito cuando nos enfrentamos a más de media docena de irresistibles perritos de pocos meses? Pese a lo fácil que es dejarse llevar por colores, posturas graciosas, retozos y gañidos. Conviene conservar la cabeza fría. A fin de cuentas estamos eligiendo al que será un miembro más de la familia durante los próximos quince años.
Es sorprendente la frecuencia con la que se encuentra a gatitos huérfanos y desamparados con apenas unas pocas semanas de vida. Por si alguna vez se encuentra en la tesitura de sacar adelante a un gatito, aquí tiene unos consejos.
Bajo ese extraño nombre se encuentra una zoonosis (enfermedad que los animales pueden transmitir al hombre, o viceversa), responsable del abandono anual de miles de gatos. Los felinos son los únicos animales capaces de liberar las formas del parásito, llamado toxoplasma gondii, que contagian al hombre. Se trata de una enfermedad invisible, que un porcentaje muy elevado de personas padece sin darse cuenta y desarrolla sin mayor problema las defensas necesarias. No obstante, en la práctica totalidad de los casos el contagio se produce al ingerir los quistes del parásito en la carne poco hecha, verduras mal lavadas, embutidos o huevos crudos.
Una de las técnicas de educación canina más novedosa y que mejores resultados está dado se basa en el empleo del clicker. En Estados Unidos e Inglaterra lleva utilizándose desde hace décadas, los delfines por ejemplo aprenden de esta manera, aunque usando un silbato en lugar de un clicker. En España ya se está empleando con éxito en perros de asistencia. ¿Y qué es el clicker? Pues sencillamente una cajita con una lámina metálica que produce un sonido muy característico. La educación con el clicker requiere el refuerzo de otra recompensa en forma de chucherías, caricias o juegos.
Las mascotas viven vidas relativamente cortas por lo que hay que asumir desde un principio que nos va a tocar verlas morir. Cuando la calidad de vida de la mascota no alcance unos niveles aceptables, ya sea pos su avanzada edad o por una enfermedad, y el veterinario no encuentre manera de solventar la situación, hay que pensar en la eutanasia. No sólo el último, sino también el mayor acto de amor que puede realizar por su mascota es ahorrarle sufrimientos innecesarios y acompañarle en esos últimos momentos para que se despida del mundo tranquilo, por duro que sea. Su veterinario le informará de los servicios de incineración y enterramiento disponibles.
El sueño de cualquier amo es tener un perro simpático y poco conflictivo; un can como esos que aparecen en las películas infantiles: afables con los niños, con sus congéneres e incluso con los gatos.Un animal siempre presto para una sesión de juego o caricias y al que no se le ocurra usar los dientes más que para triturar su pienso.